El capitán Fontán, fue un soldado del ejército gubernamental durante la Guerra Civil, fue noticia el 14 de Agosto del 36, día que perdió la vida en el Guadarrama. Su valentía frente a los sublevados lo hizo portada en todos los periódicos de la España democrática.
El capitán Fontan corría contra el enemigo cuando éste se batia en retirada, Fontán en un acto de temeridad se puso un pañuelo blando en el pecho gritando "¿A mí no hay quién me mate, no saben tirar?
Cuando las balas enemigas habían cesado prácticamente, una bala perdida entró en la cabeza del capitán borrándole toda sonrisa, el capitán se llevó las manos a la cabeza y gritó "¡No asustarse, no es nada! ¡Adelánte!" El capitán murió minutos después.
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