Ya hablamos de Napoleón y sus conquistas, concretamente en Prusia, en una ocasión, pero aún no lo hemos hecho sobre su campaña en la península ibérica y precísamente es este el tema de hoy.
Tras la entrada de Joaquín Murat, cuñado de Napoleón, en la península ibérica, se produjo el levantamiento del 2 de mayo, tras lo cual, para evitalo, Murat mandó al general francés Dupont con veintitantos mil hombres para detener este levantamiento.
Tras la noticia de la llegada del general Dupont, las Juntas de Gobierno de Sevilla y Granada reclutaron dos ejercitos. Uno de ellos dirigido por Francisco Javier Castaños con el objetivo de detener el avance francés por Andalucía. Castaños reunió sus tropas en Porcuna, ordenando su distribución, y así dando la orden de marcha en busca de los franceses, a los que encontró, finalmente, en los campos de Bailén.
Dupont, viendo la imposibilidad de su ejercito francés contra Castaños, este hizo todo lo posible para evitar lo que sería una matanza casi segura, por lo cual Dupont decidió huir.
Tras realizar esfuerzos sobrehumanos para evitar la contienda, el general francés se vió, definitivamente, cercado por todas partes. Cuentas las crónicas que sus muertos pasaban de dos mil.
Finálmente el general La Peña acabó cortándole todas las salidas, obligando a Dupont a rendirse con dieciocho mil franceses.
Al entregarle su espada al general Castaños le dijo: "General: aquí os entrego esta espada que ha vencido en cien combates."
El general Castaños la tomó y contestó sencillamente: "Lo celebro, porque es la primera vez que gano en mi vida."
Como consecuencia de esta victoria José Bonaparte huyó de Madrid.