lunes, 7 de septiembre de 2009

El rey arrepentido


Juan II fue rey de Castilla entre los años 1405 y 1454, padre de Isabel la Catolica y Enrique IV de Castilla. Más que un guerrero fue un hombre de letras, y gustaba de rodearse de poetas y escritores. Gozó de todo lo que necesitó: riquezas, señorio, honores y homenajes.
Poco después de haber condenado a muerte a su favorito Álvaro de Luna, y de haberse ejecutado la sentencia, cayó enfermo. Cuando se encontraba en las angústias de su último momento, llamó a su lado a su médico, que era el bachiller Gómez de Ciudad Real y le dijo:
"Naciere yo fijo de campesino e fraile del Abrojo, que no rey de Castilla".

¡He ahí donde vienen a parar todas las riquezas y grandezas!