lunes, 31 de agosto de 2009

Los fieles consejeros de Alfonso V


Alfonso V de Aragón, también llamado Alfonso I el Magnánimo y Alfonso I el sabio, era hijo de Fernando I de Aragón y Leonor Urraca de Castilla, reinó Aragón entre 1416 y 1458.

El emblema de Alfonso V era un libro abierto. Siempre llevaba en su impedimenta una colección de libros, que leía con mucha frecuencia, pues él sostenía que un hombre de gobierno sin libros equivalía a un edificio sin cimientos.
Pues bien, un día, uno de sus capitanes le preguntó por qué leía tanto. A lo que el rey contestó: "Los muertos son mis más fieles consejeros y mis más sabios ministros; cuando quiero saber la verdad, no tengo más que leer sus escritos; cuando tengo necesidad, les interrogo, y siempre me responden sin pasión ni molestia; y, en fin, ni me adulan ni sienten el temor de desagradarme. ¿Dónde encontraría otros amigos así?"

Y es que pocas veces se ha hecho de los libros un elogio más profundo y sincero.

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