sábado, 8 de agosto de 2009

¡Romanones! ¡Romanones!

Un día al Conde de Romanones (dueño de medio Guadalajara, Jefe de Gobierno y Alcalde de Madrid) se le averió el coche en Guadalajara y pidió ayuda a un pastor que pasaba por alli que a su vez llamó al arriero.
El pastor salió corriendo gritandole a este ¡Romanones! ¡Romanones!, el conde impresionado le preguntó al pastor porqué le llamaba así, el avispado pastor, le contestó que el arriero era un hijo de puta.
Romanones, que tenía cierto sentido del humor, difundió esta historia por Madrid y de este modo ha podido llegar a nosotros.

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