Alonso de Guzmán, era un noble español y capitán de Sancho IV.
Gobernaba la plaza de Tarifa y tenía un hijo de corta edad, a quien, para librarse de los rigores del asedio, había hecho salir fuera de la ciudad con la que había sido su nodriza.
Las tropas mulsulmanas luchaban porfiadamente para que la plaza se rindiera, pero tropezaban con las huestes de Alonso de Guzman.
Con los musulmanes y entregado a ellos estaba el infante don Juan, hermano del rey Sancho IV. No sabiendo don Juan como rendir al capitán, se propuso rendirlo como padre, y al efecto, apoderándose del hijo, se fue con él al pie de la muralla y le dijo que si no le entregaba la plaza, daría muerte al pequeño a la vista de su padre.
Fue cuando Alonso de Guzmán le contestó:
"Podéis matarlo porque yo no entrego la plaza, y si no tenéis puñal, ahí os arrojo el mío"
Dicho esto, Alonso de Guzman lanzó el puñal desde lo alto de la muralla a los pies de don Juan.
El niño, finalmente, fue asesinado y don Juan, cubierto de oprobio, se retiró al África.
Enterado don Sancho IV de la fidelidad de don Alonso de Guzmán, le dio el sobrenombre de "el Bueno", convirtiéndose también en toda una leyenda de la ciudad de Tarifa.
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